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Semana ocupada 忙しい一週間

El jueves 15 será mi último día en la empresa para la que trabajo y cada día estoy más ocupado entre el trabajo y los papeleos. Es por esto que no puedo escribir a diario últimamente, pero no os preocupéis que cuando deje este trabajo actualizaré más. Ya os contaré a lo que me voy a dedicar a partir de ahora, pero no os esperéis nada muy espectacular en el sentido de lo de Héctor. Por ahora.

15日の木曜日は今の会社で僕の最後の出勤日で、最近仕事もいろんな手続きも忙しくなってきた。でも最近は毎日ブログを書けなくなっていても、退職したらもっと書くよ。これからする仕事についてはまた今度教えるけど、エクトルみたいにすごいことはしない。今のところはね。

Next Thursday (the 15th) will be my last day at my current job, and I’m busier every day with both work and bureaucracy. This is why lately I can’t find time to write daily, but don’t worry as I’ll be writing more when I leave this job. I’ll tell you about what I’ll be working on, but don’t expect anything very flashy like Hector’s new job. For now.

Renovando la tarjeta de extranjero

Ya he nombrado alguna vez la tarjeta de extranjero que todos los inmigrantes estamos obligados a llevar encima en Japón. Pues ayer tuve que renovarla por dos razones.

• Porque había renovado mi visado, y el cambio tiene que quedar reflejado en la tarjeta además de en el pasaporte.
• Y porque se me había caducado.

Tuve que presentarme en horario laboral en la oficina del Excmo. Ayuntamiento de Fukuoka que hay en mi distrito (Fukuoka es bastante grande, y tiene 7 distritos) con un par de fotos de carnet de dimensiones bastante caprichosas (por cierto, en las fotos de carnet japonesas está prohibido sonreír), con mi tarjeta y con mi pasaporte. Y una vez allí con todo el material, ¿cómo no? me hicieron rellenar un par de papelotes llenos de kanji y de inglés de poco fiar. Menos mal que tengo nivel para pasar del inglés, porque si no el tema sería bastante más cansino y confuso.

Fue todo muy fino hata que me di cuenta de que en la tarjeta estaba mi supuesta dirección en España. ¡Un piso que mis padres ya han vendido! Es curioso, porque la dirección no aparece en el pasaporte, así que la escribí yo mismo cuando me hice la tarjeta por primera vez, y no me pidieron verificarla con nada. ¡Pero! para cambiarla por la dirección actual de mis padres necesito algo que certifique que esa dirección es mía. El caso es que yo todavía tengo que pasarme por el piso de mis padres, porque se han mudado este año, así que por supuesto no tengo certificado de empadronamiento ni nada parecido, ni mucho menos pienso pasar una mañana haciendo cola para que me lo den, cuando tenga la oportunidad de pasar por Alicante.

Le cuento todo esto a la funcionaria, y me tranquiliza diciéndome que no hace falta ningún certificado tan formal, que sirve incluso el remite de una carta que me envíe mi madre (¡regocíjate, mamá!). Y yo le digo que no sé cómo están los envíos certificados de España a Japón, y que no pienso traerle el libro de familia para que vea que la remitente es mi madre. Pero la joven funcionaria tiene todo bajo control. No hace falta nada de eso, con la carta le vale, pero sin ninguna cosa con la que pueda ‘verificar’ la nueva dirección no está autorizada a actualizármela.

Al final quedamos en que la dejamos así, que parece que a ellos tampoco les importa mucho, pero me pareció bastante absurdo todo el tema de querer verificar la actualización de un dato que no se verificó en primera instancia. Y, para colmo, no pedir un certificado en toda regla sino un documento sin validez legal y más fácil de falsear que de obtener.

Luego estuve preguntando a gente, y parece que es hasta cierto punto ‘normal’ verificar la dirección de uno con cualquier sobre que le haya llegado a uno a esa dirección. Esto es porque el servicio de Correos de Japón es más diligente en estos aspectos, y parece que se puede confiar en ellos. De hecho, cuando te mudas te tienes que registrar en tu oficina de correos más cercana y, durante el primer año después de mudarte, te reenvían todo el correo que te envíen a tu antigua dirección. Vamos, que está muy bien montado. Lo que no se puede imaginar la joven funcionaria es el rigor que tiene Correos de España en estos aspectos. Fliparía.

La obligación de llevar la documentación encima en Japón

este no soy yoEn España es obligatorio llevar encima en todo momento un documento identificativo. Dependiendo de la situación de la persona puede ser el DNI, la tarjeta de extranjero, o el pasaporte. Si la policía te pide identificarte y no tienes el documento pertinente, creo que lo primero que hacen es llevarte a la comisaría para que te identifiquen y, aunque solo fuera eso, ya sería un buen marrón.

En Japón la ley es un poco diferente. Los extranjeros, como en España, están obligados a llevar encima la tarjeta de extranjero (si son residentes) o el pasaporte (si son turistas o viajeros en tránsito). Pero los japoneses no están obligados a llevar ningún documento identificativo. De hecho, ni siquiera tienen un documento equivalente a nuestro DNI y, por eso, cuando abren una cuenta en un banco o hacen cualquier operación que les requiera identificarse, usan el carné de conducir o la tarjeta de la seguridad social.

A mí me parece mucho más cómoda esta forma de hacer las cosas, ya que es una obligación incómoda que se quitan de encima los japoneses. Ni siquiera me parece discriminatorio que me obliguen a hacer algo que ellos no tienen que hacer, ya que de hecho no es la única cosa a la que me obligan (tengo que actualizarme el visado este mes) y me parece lógico que las condiciones sean diferentes para los extranjeros porque, si las condiciones fueran las mismas, quizás no se nos llamaría a los de fuera ‘extranjeros’ en las leyes japonesas.

El dilema viene en el caso de que un extranjero obtiene la nacionalidad japonesa. Al convertirse en japonés (para lo que, por cierto, el gobierno japonés pide renunciar a todas las otras nacionalidades), supongo que ya no está obligado a llevar la documentación encima en todo momento, pero ¿cómo sabe un policía a quién puede pedir la documentación y a quién no? ¿Solo pedirán la documentación a las personas que parezcan extranjeras? Eso sería discriminación de la fea.

No quiero imaginarme lo que sería tener la nacionalidad japonesa, que un policía te pidiera la documentación, y que no se creyese que eres japonés. Yo creo que me cabrearía mucho, y eso no puede traer nada bueno. En todo caso, estando la ley como está, lo más apropiado sería que creyeran a cualquier persona que diga que es japonés, porque los japoneses no están obligados a llevar documentación, y no se puede (ni debe) saber quién es japonés por las pintas.

Lo malo es que suponer algo así da ciertas ganas de decir que uno es japonés desde el primer marrón, y la certeza de que esta fechoría acabaría mal me da pocas esperanzas sobre el posible final de un encuentro como el que he descrito en el párrafo anterior.

Si alguien sabe algo que pueda completar este artículo, tiene alguna experiencia que contar, o cualquier otra cosa que decir o preguntar, le agradecería mucho un comentario.