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Tratamiento quiropráctico para mi contractura muscular

gráfica de la temperatura de mi columnaAl final he estado toda la semana con un molesto dolor muscular a base de cataplasmas, pero hoy por fin he decidido hacérmelo ver. Ai me había comentado que sus compañeras de trabajo conocían un acupunturista muy bueno, y que esa terapia me iría muy bien, pero como me dan terror las agujas decidí buscar un quiropráctico que pareciese de fiar.

Por supuesto que lo busqué por internet, y una vez allí después de rellenar un impreso con mis datos y los síntomas (en todos los hospitales y similares en Japón son así de folclóricos), se lo volví a explicar todo de viva voz al señor que se iba a montar a caballito encima de mí unos minutos después. Pero lo primero que hizo no fue eso, sino que me tomó la temperatura de cada vértebra con un sensor de rayos infrarrojos, y me enseñó una gráfica en la que se veía que tenía regular la zona de la cadera y la vértebra de la que salen los nervios hacia el estómago (a media altura de la columna), y que tenía regular mal las cervicales. Era la primera vez que me hacían esto y, aunque la gente que me ha tocado antes nunca lo ha necesitado para saber qué me pasaba, me parece una buena forma de que el paciente lo entienda de una forma un poco más visual.

Una vez entrados en faena, me ha sorprendido el buen hacer de este señor, que andaría sobre la treintena y me ha dejado como nuevo en una demostración de lo que para él es rutina. Al final, tirándole un poco de la lengua, he conseguido que me aconseje ejercicios y esas cositas para mantenerme. Ya os iré contando cómo me va, pero por ahora me siento fetén.

Me he puesto una cataplasma (湿布)

paquete de cataplasmas Yo nunca me había puesto una cataplasma. Al menos conscientemente. Pero desde ayer me dolía un músculo de la espalda y el cuello, y hoy me he levantado relativamente inmovilizado.

Así que decidí faltar al trabajo por la mañana y, siguiendo el consejo de Ai, ir a comprarme unas cataplasmas (湿布 / shippu) a la droguería. Vi lo que había, y al final elegí unas de las que calientan (fundamental para mi caso) que además tienen un calmante impregnado.

Como era la primera vez que me ponía una cosa de estas, y al principio no se calentaba, me creía que había hecho algo mal. Pero como parece que estos parches son muy comunes en Japón y todo el mundo está acostumbrado a usarlos, en la caja no ponía ninguna instrucción especial, así que decidí seguir mi instinto y tumbarme en el futón para releer 銀河鉄道999, un manga de ciencia ficción escrito en 1978, conocido en occidente Galaxy Express 999, y desde hace años mi comic favorito.

mi espalda con una cataplasma pegada

Volviendo al tema, las cataplasmas estas son muy curiosas porque se pegan a la piel como una pegatina, y al rato se empiezan a calentar vete tú a saber por qué. Efectivamente son muy buenas para relajar los músculos y bajar las inflamaciones, gracias a esto pude ir a trabajar por la tarde.

¡Pero hay que tener cuidado con una cosa! Si te metes en la ducha justo después de quitarte el parche, te vas a quemar por poco caliente que esté el agua. Por eso hay que quitarse la plataforma al menos media hora antes de meterse en la ducha o baño.

Y esta noche, después de ducharme, Ai me ha hecho un masaje y me ha puesto otra cataplasma. Ahora mismo tengo que tener cuidado, pero prácticamente no me duele nada si estoy en buena postura (¡que lo estoy!) y mañana espero estar mucho mejor.

Nota para curiosos: si miráis las fotos en flickr, hay ‘notas’.